10 Principios Para Optimizar Tu Vida
Los principios son leyes naturales atemporales que gobiernan el desarrollo de la vida, la afectividad personal y las relaciones interpersonales. No representan simplemente los valores de una sociedad o persona. Los valores de una sociedad pueden desviarse en un momento determinados de los principios, pero los principios nunca dejan de ser ni pierden vigencia. No son una moda, pues se aplican en todo lugar y época. Los principios son guías fundamentales y universales. Hay una diferencia entre vivir por prácticas y vivir por principios. Las prácticas pueden tener validez en un momento determinado, pero pueden perder vigencia en tanto la sociedad avanza. Los principios no cambian; son parte de la condición humana y su mejor legado.
Aprender a vivir por principios implica un proceso de aprendizaje que dura toda la vida. Los principios no representan recetas rápidas y fáciles. No son soluciones instantáneas ni cosméticas a problemas fundamentales. Vivir por principios puede demandar un cambio de paradigma y vida importante, una forma de ver la vida y las relaciones muy diferentes a nuestra perspectiva y criterios actuales, pero a su vez son una fuente de crecimiento y éxito duradero y auténtico.
OPTIMIZARE: Los principios fundamentales para una vida de éxito auténtico.
Los principios que a continuación abordaremos forman parte del sistema de liderazgo personal OPTMIZARE, formulados por el Dr. Ron Jenson en su libro Cómo Alcanzar el Éxito Auténtico. La selección de este grupo de principios agrupados en el acróstico OPTIMIZARE representa, más que una propuesta de principios dignos y apreciables, un sistema de liderazgo para la efectividad personal y organizacional.
OPTIMIZARE es un sistema de liderazgo personal dirigido a potenciar el desarrollo de las habilidades y talentos de las personas, mejorar el desempeño y la productividad laboral y profesional. Su filosofía está orientada a enseñar a expandir la capacidad personal para crear los resultados que se desean. OPTIMIZARE busca producir maestría personal en las personas, de tal manera que se conviertan en agentes de cambio y transformación.
Principios para optimizar su vida.
Los principios OPTIMIZARE están clasificados en tres categorías: Actitudes, Convicciones y Compromisos. El mismo Dr. Ron Jenson lo plasma de la siguiente forma:
“Actitudes. Convicciones. Compromisos. El poder de estas tres categorías surge cuando se alinean y armonizan unas con otras. Algunas personas tienen buenas actitudes, pero les falta el compromiso y la dedicación para perseverar. Otros tienen convicciones sólidas pero sus actitudes negativas sabotean su éxito auténtico. Hay otros que volitivamente son fuertes y pueden proponerse lograr las cosas, pero fracasan repetidamente debido a que su sistema de convicciones o actitudes están inhibidos”.
Principios asociados a las actitudes:
1. Optaré por iniciar la acción.
¿Me responsabilizo por mi propia vida y soy una persona que marca la diferencia?
Hay personas que esperan que las cosas sucedan y hay personas que hacen que las cosas sucedan. Muchos asumen su papel en la vida como simples espectadores, o en el mejor de los casos como extras, pero otros deciden ser actores principales – protagonistas. Hay personas que dejan sus resultados al azar, al juego de las circunstancias, a la inercia de los acontecimientos o a las decisiones de otras personas, pero las personas que optimizan sus vidas asumen la responsabilidad de que las cosas sucedan. Estas personas se fabrican sus propias oportunidades y no desperdician las oportunidades que se les presentan, son más decididos en la búsqueda de las oportunidades.
Muchas personas viven sus vidas como víctimas. Le echan la culpa por su condición actual, a sus padres, al estado, a los astros, o al destino. Pero en tanto vivamos nuestras vidas como víctimas, no nos haremos responsables por nuestras acciones, ni tomaremos responsabilidad por nuestro futuro.
No podemos controlar lo que nos sucedió en el pasado: El abuso de que fuimos objeto, la carencia de recursos económicos que experimentamos en la infancia, la falta de amor paternal, etcétera. Pero si podemos elegir hacernos responsables de nuestras actitudes, creencias y conductas. Podemos elegir entre ser esclavos del pasado o ser libres para crecer y avanzar en la vida. Al respecto comenta el psicólogo Albert Ellis: “Los mejores años de su vida son aquellos en los cuales usted decide que sus problemas son solamente suyos. Entonces no culpará a su madre, a la ecología o al presidente. Se dará cuenta que usted controla su propio destino.”
La acción es la mejor cura contra la indecisión. Gordon Graham dice: “La decisión es un cuchillo filoso que corta con suavidad y precisión; la indecisión es un cuchillo sin filo que corta y desgarra dejando los bordes irregulares”. Optimizar la vida exige acción, determinación e iniciativa. La acción es el mejor remedio contra las enfermedades de las personas pasivas: La indolencia, la excusitis, la incertidumbre y el temor. Es también un eficaz catalizador para el entusiasmo, la fe y la activación de los sueños.
Necesitamos mejorar nuestra capacidad de decisión, y asumir una actitud proactiva, no reactiva. Hay personas que difieren tanto sus asuntos pendientes, tal vez esperando que el tiempo o el azar se los solucione, que nunca avanzan ni logran sus objetivos más básicos.
2. Procuraré alcanzar el significado personal.
¿Entiendo mis fortalezas así como mis áreas débiles? ¿Tengo un enunciado de misión personal?
Somos únicos como persona. Tenemos una combinación de talentos, habilidades, oportunidades, experiencia y personalidad única y singular. En este sentido el doctor Victor Frankl expresa: “Toda persona tiene su propia misión o vocación específica en la vida… en ella no puede ser reemplazada [la persona], ni su vida repetirse. De modo que la tarea de cada una es tan única como su oportunidad específica para llevarla a cabo”.
Estamos en esta vida con un propósito. La búsqueda del significado es el empeño más importante de la vida. Como dijo Albert Camus: “El sentido de la vida es la pregunta más apremiante”. La creencia de que la vida no tiene un significado está relacionada con la dificultad que experimentan los seres humanos de hallar ese significado, de conseguir esa correspondencia entre la necesidad de sentido que reside en nosotros con algo en el mundo exterior que legitime ese sentido, que haga figura dentro de nosotros. Pero mientras mayor sea la conciencia, el conocimiento, el contacto y la experiencia personal con el propósito de vida identificado, más profunda será la motivación, la expectativa, el apetito, el apremio y la determinación para avanzar en pos de la consecución del significado de vida que hemos asumido. El propósito le imprime a la vida un acicate y un “sentido de urgencia” de vivir según ese significado. Un propósito de vida nos mueve también a establecer prioridades y a vivir con un enfoque intencional, con la certeza de estar viviendo la vida que queremos vivir, y con la convicción de no desperdiciar la vida.
Tener un sentido de vida llena a ésta [la vida] de entusiasmo y de pasión, lo cual se traduce en emoción con sentido de dirección. Un significado de vida proporciona una sensación de bienestar y plenitud y afecta profundamente la manera en que vivimos, a la vez que sirve de punto de apoyo para el desarrollo de nuestra potencialidad como seres humanos.
Este significado cobra vida en la medida que toma conciencia de quien es usted: necesidades, talentos, habilidades, destrezas, sueños, y las necesidades del entorno que le rodea. Este cruce activa su sentido de destino.
3. Trataré de eliminar lo negativo de mi vida.
¿Adopto los problemas como oportunidades positivas para crecer?
Las actitudes son más importantes que los hechos, decía el Dr. Karl Menniger. También, William James acota que, “El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas al modificar las actitudes de su mente”.
La actitud con que asume la vida cada día es la decisión más importante que puede tomar cada mañana al levantarse. Su actitud influencia sus acciones y éstas sus resultados. No son las circunstancias que atravesamos ni los acontecimientos que nos ocurren los que determinan los resultados, es la actitud con que reaccionamos lo que marca la diferencia.
La actitud es una elección mental, es una postura ante la vida. Una vez que elige una determinada postura, se crea en usted una disposición a ver la vida de acuerdo a esa postura. Podemos tomar la decisión de focalizarnos en el lado positivo o en el lado negativo de la vida. Hay personas que sólo pueden ver problemas en lo que hacen, otras por el contrario ven en cada coyuntura, inclusive adversa, una oportunidad. Hay personas que sólo pueden pensar en lo negativo, sus mentes se han habituado a filtrar sólo lo malo, por lo que viven llenas de pesimismo; mientras que otras, deciden enfatizar el lado esperanzador de la vida y ver las oportunidades.
Ahora, la actitud positiva no se trata de simples frases, tipo cliché, a veces ingenuas, que usted se repite para convencerse de algo o para negar o distraer la realidad que está viviendo. Por más que usted se repita frases “alentadoras”: soy el mejor, todo lo puedo, etcétera; la situación no va a cambiar como por arte de magia. De hecho, la actitud positiva no va