Pensamientos De Amor I
Se pierden las palabras cuando las lanzo al viento o te llegan y las guardas y por ello es tu silencio. Se extravían mis deseos cuando no te incluyo o es sólo tu orgullo el que no los ve. Las señales que a lo lejos leo de tu alma, son escuálidas nubes que nada me concretan, espero que hoy y mejor mañana, a ninguna de ellas deba interpretarlas.
Tu imagen grabada en una pieza de papel, me dice tanto de ti, que no requiero leer. Te estás enamorando de la voz de un poeta, del eco de un verso que despierta tu amistad. Tómate el tiempo, el de vuelo de una mariposa para que descubras en ella la verdad. El hombre canta llamando a su pareja y a veces el llanto le llega a otra más.
Perseverancia, jamás me di cuenta de ello, pero ahora lo noto y lo aprecio. Cuando una mujer quiere o desea algo con fervor, está dispuesta a todo, muerde su presa y no la suelta, cada día, a cada momento la cuida, vigila y la alimenta con lo que tiene; pudiendo ser su mirada, su voz, su imagen, su afecto y hasta se defiende con todos y cada uno de sus recuerdos.
A veces surgen dudas del camino por andar, pero pregunto quién no ha temido lo que le vaya a pasar, la experiencia de encontrar en el sitio deseado, cosas unas que podrán, ser o no lo que esperamos, sin duda que son las que darán el placer a lo encontrado. Los caminos que otros hicieron y que encontramos al lado, nunca reflejan lo que en verdad ansiamos
Puede que alguna vez te encuentres en otros brazos, que tus manos sostengan las de él, que tu mirada perdida lo vea y hasta que hables con él. Lo que no es posible mi vida, es que dejes de mirarme en él, que mi boca lejana deje de llamarte, y tú con ansias de quererme morder y, entre risas, miedos y llantos, entre lo que quieres y debes tener, sea mi recuerdo el que logre el encanto, de traerte a mis brazos otra vez
Somos conscientes de que los sentidos pueden ser engañados. Podemos dejar de mirar, no escuchar, ni hablar, podemos no acercarnos y a la vez deja de sentir el aroma. Lo que sí no podemos hacer, es que el corazón y la mente dejen de pensar, amar, querer y al final desear a la persona que hemos escogido. Contra ello, ni la misma muerte ha podido.
Hace unos días acompañé a su última morada a un amigo que había estado casado ocho veces. Recuerdo que a mi pregunta del por qué de tantos matrimonios, su respuesta fue simple y contundente. Hago lo que la mayoría de los hombres suelen hacer, con la diferencia de que mientras estoy con ellas, las trato con el respeto y consideración que muchos no son capaces de hacer.
Cuando se ama o se quiere, cuando la verdad es el sentimiento que mueve a la relación, todo lo que se oponga a esto, son simplemente aristas que el mismo tiempo las vendrá a pulir. Amar sin ser amado, no es igual que amar de lado y lado. Amar, es la seguridad latente de poder convivir con alguien y además de eso sentir un gran placer. Si consideras en duda lo que sientes, no te arriesgues, espera tu próximo tren.
Samuel Akinin
Amar cuando se tiene a la pareja al lado, es además de ideal, cómodo. Amar cuando se sabe a distancia y se siente de cerca, es poder concientizar los sentimientos en una realidad tangible. Si amas sin necesidad de ver, si deseas sin requerir estar, si vives esperando tener, si sueñas a ojos abiertos sin temor por él, entonces, sólo entonces, se está claro del cuánto se quiere.
El año toca a su fin, ahora al concientizar mucho de lo que hice, genero recuerdos que son en realidad mis vivencias. En todas has estado allí, en todas y en cada una luchas por estar. Quizás deba retomar el pulso de mis deseos y cotejarlo con lo que aspiro, tal vez el futuro que de seguro es menor que lo vivido deba ser tomado en cuenta. Por ello desde ya te otorgo un espacio, una presencia y espero tu respuesta.
Solemos ser sordos. A veces las cosas que nos convienen, no las oímos. Dejamos que el futuro, al que hemos negado el paso, nos acompañe. He aprendido la lección, prestaré más atención y si me vuelves a ofrecer tu corazón alguna vez, te lo acepto sin dudarlo, pues si la primera vez no lo creí, ahora, sin él, me da miedo que otro pueda ser el dueño de lo que sé voy a querer.
Se me hace imposible en menos de 420 palabras poder decirte que te amo. Se me dificulta transmitirte cada uno de mis sentimientos y el vacío que ostento cuando no te tengo. Quisiera pero no sé cómo, podría hacerte saber que mis deseos han crecido desde la última vez, pues aprendí de ti entre otras cosas a apreciar y a querer, mas no sé cómo hacerlo.
Hoy vemos que por causas absurdas se rompe un matrimonio. Ninguno se da cuenta que son extraños tratando de encontrar un modo, una forma de entendimiento, tampoco, reconocen que no dominan las técnicas como para hacer más feliz al otro. Estamos en esos momentos mágicos en que todo es válido. A darse una oportunidad, y con ella, hablen lo que los separa, para poder reconocer y reencontrar lo que los une.
Conocemos a un extraño en un bar y perdemos con él, horas de nuestra vida hablando. Si este mismo tiempo y con la misma energía nos sentáramos a conversar de vez en cuando con nuestra pareja, de seguro, los matrimonios se comprenderían más y el mundo estaría encaminado a una mayor felicidad.
Miramos una silueta femenina caminar y lo damos como bueno. Nuestros ojos generan fuerza y presionan el aprecio. Es un ejercicio que a diario solemos hacer. Nos llenamos la boca de flores y piropos, para con otra, sin saber el desarrollo de su alma. Es ver el jardín del vecino y creer que el suyo es más verde, por que el sol o la luna, al nuestro lo opacan. Veamos con otros ojos, reconozcamos que sí tenemos gusto y que escogimos lo mejor, lo que tenemos.
samuel akinin levy
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