Fracaso Y Exito De La Amistad (Disertaci?n Poetica)
Fue tan real el ideal de esta realidad que vino a ser la razón de su vida y de su muerte y también la del triunfo de su gloria. No hay mayor amor que el de quien da la vida por sus amigos. Mayormente como acontece o lo que ha hecho acontecer, siendo afirmado y reiterado, mostrando como un hecho grandioso el no morir para siempre, incorruptible y glorioso al resurgir en tres días de la más injusta y nefasta de las muertes en la historia, a la gloriosa vida de la eternidad.
La proyección más increíble del amor divino y humano acontece en el único Cristianismo real y profundamente autentico. Dios es el mejor amigo del hombre y su plan es el que el hombre corresponda siendo para El también su mejor amigo. Este tópico lo enfatiza Jesús, presentando lo esencial del Reino parangonando constantemente el amor divino y el humano en líneas paralelamente inseparables. Esto lo explica y aparece más obvio en el contexto de la paróbola del Buen samaritano y claro en forma grandiosa y concretamente pragmática en la oración esencialmente cristiana del Padre nuestro.
Como una temática poética de esta realidad estrictamente espiritual, propongo dar una dimensión estética, presentando a más de los poemas de sonetos una serie también de reflexiones alusivas a cada poesía.
Un Haiku de éxito a la Amistad
Raíz de Dios
Profundidad en mí,
¡Tu corazón!
Lo estético del arte y en nuestro caso ahora del arte poético, puede ser o no incidentalmente religioso pero si debe ser necesariamente espiritual. El verdadero arte será siempre reflejo y expresión del espíritu del hombre en todas sus dimensiones. El alma del arte es el espíritu de la materia expresando los diversos géneros de la belleza, desde lo que es más sublime hasta lo más grotesco.
Después de presentar los lineamientos esenciales de la amistad me parece conveniente hacer lo mismo con los de la poesía. ¿Que es un poeta y que cosa esencialmente es poesía? Se me ocurre relacionar dentro de mis conceptos básicos de música la proyección de los mismos aplicados al ámbito poético paralelamente, enfocando la belleza musical al sonido y al contenido bello en la palabra. Sería entonces el arte de bien combinar los sonidos y el tiempo, y especificaría, expresando la belleza que produce el placer estético a través de la palabra y en ella el sentir de las entrañas mismas del alma humana dentro de todos los géneros literariamente poéticos en la cultura y en la historia. Lógicamente lo que es el músico para la música lo es el poeta para la poesía. Aparentemente lo que parece ser pura tautología en su dimensión existencial tiene una riqueza de sentido imponderable. Sin poetas no existe poesía.
Misión del Poeta
Cada día inventar un año nuevo
Soneto
A estrellas elevamos polvo y lodos
Palabras inventando en cada verso,
El poema de paz del universo,
Todos en uno, uno para todos.
Hacemos palpitar en sus recodos
La voz del viento, el huracán o el cierzo,
El respirar profundo suena terso
Bellamente inspirando nuestros modos.
Belleza se nos cruza en el camino
Y al garete la fuerza del destino,
¡Creación o destrucción del Paraíso!
Si el momento fugaz lo eterno quiso
Preguntamos a Dios, ¿porqué nos hizo?
Creemos o inventamos lo divino….
Somos amigos de nuestro entorno o luchamos por la amistad con nuestro medio. En nuestra vida realizamos la rutina diaria de nuestra existencia o nos confrontamos con ella. El arte de la poesía y la inspiración que le antecede se encuentra donde quiera. Las cosas que experimentamos los poetas se convierten en experiencias vivenciales y estéticas que proyectan la creación de un poema con sonidos de palabras en sintonía con la originalidad y la modalidad e idiosincrasia de nuestra identidad personal. Esa identidad debe ser auténtica, expresando el secreto de lo que somos vibrando estéticamente en forma original y peculiar con nuestro propio estilo, leales a esa realización que se convierte en la verdad según la cual el estilo es el hombre, masculino o femenino pero siempre descubriendo y expresando el poeta único que somos en nuestra poesía. Los símbolos de nuestro lenguaje se convierten en imágenes de nuestra fantasía armonizadas con el esplendor de la naturaleza, del cosmos grandioso o sutilmente pequeño. Tal vez nacemos de nosotros mismos con nuestro mundo interno de las experiencias anímicas caracterizadas por nuestra introspección personal o interpersonal, tal vez nos sorprendemos creadoramente extrovertidos.
En el caso de este soneto inicial he elegido algo que me fascina, pensando que la misión poética es singularmente la de relacionarnos encaminándonos a la experiencia de lo sublime a través del símbolo tan conocido y clásico de las estrellas, insinuando nuestra grandiosidad. De nuestros polvos y nuestros lodos y quizás a través de ellos sentimos ser elevados invitando a todos los seres a ese vuelo del universo, al cual hacemos consciente en nosotros de nuestra mutua grandeza. Seguidamente propongo la paz como lazo de unión que hace del ser humano convertirse en espejo viviente, reflejando en la poesía que somos el poema que es el universo. En el primer terceto la idea primordial del Paraíso es típica como dilema de nuestro destino como disyuntiva de lograrlo o de perderlo, y oportunidad de crearlo o de destruirlo. Finalmente el segundo terceto introduce la pregunta a Dios piadosamente desafiante por la mayor de las inquietudes del alma humana. Antecede el contraste de nuestro ser efímero que en un momento dado, ese momento nos basta para presentir la posibilidad y el deseo infinito de lo eterno. Sabemos por la fe lo eterno de nuestro destino ser algo y alguien que llamamos Dios divino, y el poema sugiere que en quienes no tienen el don de la fe, la ansiedad del alma por su aspiración eterna se inventa lo divino, pareciendo no conformarse con el sentido efímero de su condición humana.
La doncella de Dios
Soneto
Perdonar es amar, divino verso
Que cultiva de Dios su sentimiento,
El rencor que es el odio del perverso
Cizaña crece de resentimiento.
La armonía de todo el universo
Es el hilo que borda el pensamiento,
Piensa el mal, yo lo enredo y lo retuerzo
Pero amor no permite tal intento.
El poema de Dios, nuestra epopeya
Las galaxias, se admiran y suspiran
Por la historia infinita que hay en ella.
Triunfa Dios eligiendo su doncella,
Los infiernos, fracasan y conspiran,
¡Eternos ojos y el amor se admiran!
Si el universo es un poema para el hombre, el universo y el hombre son el poema de Dios, inspirado en el correr del tiempo, que al final de su destino en su toque final viene a ser la expresión impecable, cumbre de la más bella poesía. La amistad de Dios hacia el hombre es condición absoluta para cristalizar en realidad el ideal del plan del ser divino. Por eso el Cristianismo cuya piedra de toque es Cristo enfatiza su misión de redimir y purificar para embellecer y renovar los cielos y la tierra glorificando en El mismo la humanidad inmortalmente bella. Cristo, es el esposo amante cuya doncella es la Virgen de Israel, su esposa escogida purificada y embellecida con la pureza misma de Dios. Y cada ser está llamado a ser piedra viviente de ese templo indestructible de la casa de Dios cuya cabeza impecablemente perfecta es el hijo de Dios y los creyentes miembros de ese cuerpo espiritualizado hasta lo divino, se incorporan a El conocido y reconocidos como miembros del cuerpo místico de Cristo. El perdón de Dios donde el amor es más grande que la vida se desborda en la verdadera amistad del corazón de Dios cuyo sentimiento es generosamente incomparable. Toda esta bella realidad finalmente eterna e inmarcesible se desarrolla en el tiempo como lucha sin tregua entre el bien y el mal, la inocencia y la malicia, la verdad y la mentira y el triunfo y la derrota final. El final del tiempo es el principio de la eternidad feliz para quienes triunfan, y la desdicha para los eternamente derrotados. Solo Dios sabe quiénes son sus amigos o enemigos para siempre.
El amor y la paz
Soneto
Amor de Dios, divino en ti encendido
Mirando el mundo lleno de pecado,
Solito, Niño Dios abandonado
Ves odio sin amor, ennegrecido.
Pretendiendo quedarte allí dormido,
Los brazos de la Virgen te han dejado
En pañales y paja recostado,
Esta noche de paz, ¡ha enfurecido!
La Virgen te pregunta, ¿tienes frío?
Tu Carita al ver llena de rocío
Va diciendo a José, prende más fuego.
Alegre eternidad te corre un río
El corazón, palpita Dios y luego,
¡Tu ser se llena todo de sosiego!
El nacimiento de Jesús de Nazaret en Belén de Judá marca el inicio de la plenitud de los tiempos. Es el encuentro de lo divino con lo humano, de lo temporal con lo eterno, del mundo de las tinieblas confrontando y siendo confrontado con la luz de quien dice y prueba ser la luz del mundo. El Niño Dios de nuestras Navidades espirituales a pesar de enfatizar las conveniencias comerciales, nos recuerda y lo comprendemos, el porqué de su inocente llanto, tal vez más bello allí en su pesebre que su sonrisa divina.
El árbol de la Vida
Soneto
Frondosa