Plenitud De La Pascua
La Pascua en Plenitud
En realidad la Pascua en P es la cumbre de la visión de Cristo que inspira la cuaresma cristiana por su experiencia en el desierto.
Si la audiencia de Cristo siempre tuvo sus propias expectativas El siempre fue firme en su agenda bajo los auspicios más o menos íntimos, secretos o explícitos sujetos a la mentalidad divina y en último término al querer y a la voluntad de su Padre con quien estuvo determinado a identificarse de manera total, perfecta y absoluta. La discrepancia más fuerte debió ser sin duda con Satanás y los espíritus del mal que confrontó esporádicamente, con el discípulo traidor que lo vendió desesperadamente y obviamente con aquellos que manejaban el poder religioso y político de quienes fue víctima acabando con su vida mortal al sentenciarle a muerte.
Si todo mundo tenía su propia agenda sobre la misión del Mesías la de Cristo se proyecta fuertemente con la visión clara de la voluntad divina cuya expectativa plantea que el Creador es dueño de todas las riquezas creadas para el bien de todas sus creaturas y que el Padre ama a todos sus hijos a quienes brinda una casa abierta para todos, el hogar divino que conoce Cristo en forma plena. Consecuente persiste y enfatiza que en realidad su reino no es de este mundo refiriéndose sin duda a los intereses ajenos al plan de Dios, según la particular observación de las escrituras según la cual los caminos de Dios no son los caminos del hombre.
Bondad de la riqueza
Soneto
Este mundo de Dios lo quiere hermoso,
Por la fuerza del mal, parece feo
Y al final el demonio será el reo
Ante el triunfo del todo poderoso.
Este mundo será lo más precioso
Redimido por Cristo según creo,
Y en la gloria divina ya le veo
A pesar de sufrir muerte y destrozo.
Dios nos da libertad que hace malicia
Cada rico epulón, con su avaricia
Su opulencia del pobre hace su presa.
Si ambición es infierno de codicia
Dios es cielo con toda su riqueza,
¡Cristo, pobre de espíritu a la mesa!
Bondad de Dios
Un cielo de riqueza,
Libertad plena.
Amor de casa
Soneto
El amor cerca o lejos sin espejos
Sea cerca o lejos, con sus ojos fijos,
Dios tiene en este mundo sus dos hijos
Uno cerca con El y el otro lejos.
En la casa paterna hoy hay festejos
Por el hijo mayor sin enredijos,
Hoy por el se celebran regocijos,
Para el hijo menor, habrá consejos.
Iré a la casa de mi Padre dice
Contra el cielo peque en el mal que hice,
Esperando perdón, va, se arrepiente.
Plenitud del amor ni envidia siente
Confiando el corazón, Dios nos bendice,
Cristo está con su Padre eternamente.
Amor de casa
Es Dios para sus hijos,
Es Padre nuestro.
El mayor mandamiento
Soneto
El buen samaritano no es judío
Ni a su tiempo fanático cristiano,
Evidente, se porta como hermano
Da lo suyo y decide, ya no es mío.
El buen samaritano aclara el lio
Echando todo el corazón, su mano,
Confronta los problemas mano a mano
Navegando a la mar como hace el río.
Dios en Cristo y Cristo en el mendigo
Cielo y tierra te miran ser testigo,
No podrás ignorarlo impunemente.
Detén tu paso ante el divino amigo
Providencia divina en ti consciente
Quiere hacerte su mano providente.
Cristo contigo
El buen Samaritano,
Y tú con El.
Por la oveja perdida
Soneto
Ya sé porque le gusta a Dios la oveja
Que en este mundo se perdió perdida,
Y sé porque a las demás las deja,
No es en vano el rescate, dio su vida.
Ya sé porque del cielo Dios se aleja
Y se viene a curar la eterna herida,
Y sé porque es su amor divina queja
Y a Cristo lo desangra sin medida.
Recursos de perdón, los ha agotado
Y se queda sin nada de su lado,
¿No es la esencia de Dios el ser perfecto?
Con azul infinito sin nublado
Es su gloria divina y sin defecto,
Lo perdido es su todo, ¡ya encontrado!
No pierde nada
Cuando haya lo perdido,
¡Dios tiene todo!
El valor de una dracma
Soneto
Esa dracma que falta anda perdida
Eran diez y la cuenta no es exacta,
Se escudriña la casa y aun la vida
No se admite rendir cuenta inexacta.
Evidente honradez reconocida
El encuentro feliz es más que un acta,
Responsable misión está cumplida,
Compromiso con Dios, no se retracta.
La conciencia del reino sin mancilla
Un tesoro en verdad, la vida diaria
Es lo que hace la vida extraordinaria.
Al final una cosa es necesaria,
Entereza de fe clara y sencilla,
Cuentas claras con Dios, ¡es maravilla!
Dios necesita
El valor de una dracma,
Las cuentas claras.
Hacia la plenitud
Soneto
Por sus frutos el árbol se conoce
Y el que es bueno dará sus frutos buenos,
Es así como Dios lo reconoce,
Del árbol malo brotan frutos malos.
Fe y amor en sus ramas reconoce
Cristo el árbol divino, lo sabemos,
Y que el mal siempre Dios lo desconoce
Porque nunca lo admite entre sus planos.
Yo soy la vid y ustedes los sarmientos
Y la espiga que se hace pan divino,
Soy la uva y lagar, mis pensamientos.
Florece en plenitud mi crecimiento
Por la fiesta de bodas del destino,
El agua buena, ¡la convierto en vino!
Árbol divino
Buen fruto recogido,
Es Cristo, pleno.
Señal divina
Soneto
Y salió del sepulcro vida plena
Divino incorruptible el cuerpo inerte,
Jesús, que imaginó su propia muerte
La señal de Jonás y la ballena.
Toda el alma divina en gloria llena
Deslumbrante en su cuerpo de tal suerte,
El triunfo victorioso del más fuerte
Eterno e inmortal, libre de pena.
Tres días exactamente y resucita
El cuerpo de anteayer crucificado
Del sepulcro en que fuera sepultado.
Abismo y plenitud, el cielo grita
La gloria eterna en El, resucitado,
¡Al Príncipe de paz lo felicita!
Es el Mesías,
La señal de Jonás
Resucitando.
Vino el más fuerte
Soneto
Vence el mal con el bien, con tal binomio
Logra el triunfo de muerte y del pecado,
La gracia de Jesús crucificado
Más fuerte que la fuerza del demonio.
Venció el amor sin odio en pandemonio
Y la gloria de Dios nos ha salvado,
Deslumbrante Jesús resucitado
Tres personas, divino patrimonio.
La flor del Evangelio en gloria humana
Es Palabra de Dios, es soberana,
Fuerza de Dios su espíritu divino.
Invencible la fe en nuestro destino
Caminos a la gloria los allana
Triunfo eterno de amor, ¡es nuestro sino!
Dios el más fuerte
Vence al mal con el bien,
Eternamente.
La Palabra divina
Soneto
Es ley de Dios al corazón inscrita
Que ordena el orden de la naturaleza,
Los profetas anuncio de promesa,
Revelación divina humana escrita.
Es historia de Cristo bien descrita
Plenitud desbordante de pureza,
Por gracia y por amor son gran proeza
Profetas y la ley, en El prescrita.
Divina la verdad camina andando
Cada paso su tiempo caminando,
Seguid en pos de mí, invita al mundo.
Soy semilla de Dios y luz que abundo
Más allá de la muerte amor fecundo,
¡La Palabra divina siempre amando!
Por Dios escrita
La Palabra divina
Cristo, ¡nos ama!
Nos perdona como perdonamos
Soneto
Setenta veces siete nos perdona
El Señor que nos pide perdonar,
Sentido de equidad, más bien de amar
El castigo y la pena las condona.
Si el perdón es la nota que El entona,
El rencor no lo quiere imaginar
Y su tono debemos entonar,
No perdona a aquel que desentona.
Setenta veces siete Dios se olvida
De la ofensa y la deuda cometida,
El no resiste al arrepentimiento.
Detesta el odio y el resentimiento
Sabiendo que es gangrena allí en la herida,
Sus ojos miran con detenimiento.
Dios nos perdona
Setenta veces siete,
Si perdonamos.
El cántico de bodas
Soneto
No entra el alma sin Él, le es imposible
Al banquete del reino de los cielos,
Si amor de Dios le viste le es posible
Con la gracia divina y sus desvelos.
Con sus ojos El mira lo invisible
Del alma transparente entre sus velos,
La conciencia divina es muy sensible
Divinos escrutando sus anhelos.
El convoca a las bodas del Cordero
Abriendo inmensamente sus oídos,
Conoce por la voz sus elegidos.
Elocuente al silencio conocidos
Con ángeles en coro el cielo entero,
Entona eternamente, ¡oh Dios te quiero!
¿Cómo has entrado
Sin el vestido de boda?
¡Debes salir!
Exaltación de Pascua
Soneto
No se oculta la luz que siempre alumbra
Abra los ojos el que no me ha visto,
Yo soy la luz del mundo dijo Cristo
Soy Príncipe de paz tras la penumbra.
Por divina humildad que no deslumbra
Mi cuerpo es un milagro y es que insisto
Acallando la gloria que revisto,
Jerusalén, humilde me vislumbra.
Treinta años me ocultó mi vida oculta
La eterna voz de Dios soy quien lo exulta,
Con mi cuerpo en la cruz, testigo muerto.
Caminando la