calle que me insulta
El sepulcro me esconde, allí en el huerto,
¡Tres días y resucito, Dios por cierto!
Cristo es su faz,
Y humillado lo exalta
Dios, ¡nuestra paz!
Plenitud de Cristo
Soneto
Te mueres por vivir resucitado
Porque eres tu ese mar y eterno río,
Esa muerte no es tuya, Cristo mío
Es la muerte del mundo y mi pecado.
Con tu fuerza de Dio nos has salvado
Siendo el odio y el mal, tremendo lio,
Amor divino tu gloria y albedrío
Muerte es triunfo el demonio derrotado.
Siendo vida de Dios tu eterno quiero
Tu afirmación divina es nunca muero,
Belleza en plenitud tu identidad.
Y eterno amor, no espero o desespero,
Del ser ideal que existe eres verdad,
¡Oh divina utopía, Tú, realidad!
Abstracto en mí,
Cristo, eres plenitud
De Dios en sí.
Mi Reino no es de este mundo
Violenti rapiunt
Soneto
Amor de Dios al mundo eternamente
Lo quiere y todo el cielo le ha entregado,
Y el Hijo que a la tierra lo ha mandado
Es fuerza y corazón, toda su mente.
El vino y nos amó, tan claramente,
Divino Cristo siendo su Hijo amado
Abriendo el cielo, abierto su costado.
Entera dio su vida por la gente
Amor a Dios, primero es el mandato
Y afianzada promesa nuevo trato,
Pero el mundo no entiende sus anhelos.
Ni tampoco comprende sus desvelos
Ni amor divino de tan altos vuelos,
¡Violenti rapiunt, Cristo es arrebato!
Violenti rapiunnt,
Son divino arrebato
Cristo y el cielo.
El fuego de Cristo
Soneto
Soy Príncipe de paz y traigo Guerra
Allanando murallas, toda barda,
El corazón de Dios quiero que arda
Como fuego del cielo aquí en la tierra.
Divina compasión para el que hierra
Conquisto alma y corazón, la yarda,
Amor eterno llega y no se tarda
Abriendo puertas, mi piedad no cierra.
Arranco, planto, destruyo y edifico,
Conmigo o contra mí, no hay más remedio
Mi amor eterno existe siempre en medio.
Soy ser eterno y eterno glorifico
Y el reino de los cielos es mi asedio,
¡Y al Hombre, santifico y deifico!
Cielo en asedio
Mi amor inextinguible,
Fuego en la tierra.
El Dios de la Pascua
Soneto
Dios es la fe y sostén inquebrantable
De la vida, que llena de esperanza
Es certeza de paz y de confianza,
Sed de amor, del amor interminable.
Perfecta realidad Dios adorable
Total adoración, Cristo la alcanza
Y agua y sangre al costado con su lanza,
Divina adoración al inefable.
En el nombre de todo lo que existe
El santo de los santos consagrado
Es cordero de Dios, Cristo inmolado.
Feliz la eternidad ya no está triste,
Penetra el templo hasta lo más sagrado,
¡Es el Hijo adorando el adorado!
Es la verdad,
Este Hombre sí es
Hijo de Dios.
Imposible no beberlo
Soneto
El misterio de Cristo es vida y muerte,
Siendo Dios, es eterna su alegría
Y es éxtasis y es hombre y agonía,
Amor, lo resucita eterno y fuerte.
Coronado de espinas, cuerpo inerte
Corazón traspasado, así moría
Y eterno amor lo resucitaría,
Increíble que Dios tenga esa suerte.
Cristo sufre ante Dios omnipotente
Y el cáliz no beber, impermisible,
La justicia de Dios es contundente.
Generoso sin fin eternamente
La súplica de Cristo es imposible,
¡Lo exige amor, y debe ser posible!
Cristo y su cáliz,
Más que posible
Lograr lo inasequible.
Dios y hombre en agonía
Soneto
Dios a más de divino se hace hombre
Y por grande engrandece su nobleza,
Tanto así que es mayor que su grandeza
Y en la tierra y el cielo es más su nombre.
Tanta dicha divina nos asombre
Lo más rico de Dios es su pobreza
Que aun la humana flaqueza es su riqueza,
El Creador, todo nuevo lo renombre.
Cristo sufre la angustia de tal suerte
Que consuelan su alma en agonía
Los ángeles de Dios por compañía.
Tragedia de hombre y Dios ante la muerte
Cual noche eterna que amenaza el día
Siendo El la luz de la sabiduría.
Cristo agoniza,
Sin luz eterno el día
Es su agonía.
Cristo sabiduría de Dios
Soneto
Cristo el Verbo de Dios, es su estructura
Su Palabra absoluta y necesaria,
Hombre y Dios, cosa más que extraordinaria
Ser bello como Dios, es su figura.
Y al cielo entero llena de amargura
Ser juzgado en el mundo como un paria
Condenado a una muerte estrafalaria,
Sentenciarlo a la cruz, no hay peor locura.
Ansiada redención, Dios lo permite
Y su muerte divina Cristo admite,
Que el infierno ejecute tanta rabia.
Eternamente la justicia es sabia,
Reviva el Universo el gran convite,
¡Gloria a Dios es que Cristo resucite!
Si muerte es rabia,
Resurrección más sabia
Mente divina.
Cristo Resurrección eterna
(Más que judío es hijo de Dios
Resurrección del universo)
Soneto
Cristo ha resucitado eterna dicha
A la gloria de Dios con su esplendor,
Nada existe más puro que el amor
Cumpliendo su palabra ya predicha.
Profética verdad la susodicha
Exalta su humildad con pundonor
Cristo el hijo de Dios, es el Señor
Divina realidad, no más desdicha.
El reino de los cielos vida eterna
Ni es de este mundo ni su sol declina,
Los ángeles lo cantan, ¡no termina!
¡Viva el Rey de la gloria sempiterna,
La Virgen de Israel madre divina
A Adán y al nuevo Edén ¡Dios los refina!
No alegorías,
Humano en lo divino
Eternidad.
Visión de fe
Soneto
Digo y cumplo, no muere claramente
Quien cree en mí como su fe requiere,
Conmigo vive fuere como fuere
No importa que haya muerto humanamente.
Resucito, soy Cristo eternamente
Vida eterna del Padre, nunca muere,
Al dármela la doy a quien me quiere
Y vive en mí con El, divinamente.
Conmigo en mí su cuerpo resucita
Y es semilla que crece como espiga
Siendo su alma de Dios eterna amiga.
Eterna mi Palabra que lo diga
Vida eterna jamás nadie la quita,
Vida eterna, ¡conmigo es infinita!
Resucitando
No muere para siempre,
Quien cree en mí.
Testimonio de Sangre
Soneto
Cristo dijo a su Padre, Tú me escuchas
Y Lázaro dejó la sepultura,
Miradas sorprendidas fueron muchas,
Muerte terca, su paso lo apresura.
Cristo siente que muere con sus luchas
Su derrota que es triunfo que madura,
Monumentos Pirámides casuchas
Tal el tiempo derruye y no perdura.
No es llanto derramado por su amigo
Gloria y triunfo feliz, el gran memento,
Resurrección, divino pensamiento.
Nada y nadie destruye tal momento
En que vence triunfante a su enemigo,
¡Su sangre derramada es fiel testigo!
Presentimiento
Del llanto por su amigo,
Sangre de Cristo.
El Mesías profetiza
Soneto
Dios vive en su Mansión esplendorosa
Sediento Cristo, le pide de beber,
Salió del Padre y tiene que volver
Luz de luz de la luz maravillosa.
Divina humanidad que se desposa
La eternidad banquete de su ser,
Lo celebra su gloria al merecer
El reino de los cielos que es tal cosa.
Cuando el cielo reclama pronto ingreso
Cristo anuncia segundo su regreso
Y la visita del Consolador.
Lo enviará con su Padre y va por eso,
Espíritu de Dios y mutuo amor,
¡Esclarezca ante el mundo al Salvador!
Es admirable
Su Mansión de luz,
Amor en casa.
El nardo en la mujer
Soneto
Es pública mujer linda doncella
Desbordándose en agradecimiento,
Impulsada de un gran presentimiento
Se rinde ante la luz, Cristo destella.
Pecadora mujer doncella es ella
Y huele a nardos su arrepentimiento,
Sentidos, alma y todo pensamiento
La espiritualidad de Cristo bella.
Y se arroja a sus pies que son divinos
Con el polvo de todos los caminos,
Sintiendo su adorable cabellera.
Ella lava sus pies antes que muera
Limpieza por limpieza del destino,
¡Cristo sabe muy bien lo que le espera!
Nardo, mujer
Y el arrepentimiento,
¡Lavan a Cristo!
Suprema realidad
Soneto
La idea de Dios no está en el universo
Que es materia que ignora su existencia,
Puede estar en el hombre y su conciencia
Que descubre y modela su presencia.
La idea de Dios existe en el cerebro
El pequeño universo que celebro
Haciendo de este verso un gran requiebro,
Cual diseña, comprueba su excelencia.
Dios espera el cerebro que lo lea
E invita al corazón para que crea
Descubriendo que es fuente de la vida.
Profundo el invisible en El anida
Eterna realidad, ¡que el alma vea,
Plenitud de verdad es más que idea!
Dios y su vida,
El invisible anida
En su guarida.
La atracción de Cristo
Soneto
Subo a la cruz y atraigo el mundo entero
Y el sepulcro y el reino de los cielos,
Mi vida eterna grita, jamás muero
Nunca más agonía, no sus duelos.
En la cumbre del tiempo soy