su mortal Ofrenda.
Y así, extenuado por presentimientos,
en humilde silla se vence el Poeta,
rindiendo sus codos sobre un escritorio
a la luz vacilante de pálida vela.
Y es entonces cuando, de repente,
con toda su fuerza,
emerge estallante de luces y ardores
¡su lira soberbia!
Su Lira que enciendese en pira sagrada
en aquella estancia de plúmbeas tinieblas,
al trazar los primeros renglones bellísimos,
las sílabas cumbres, de intensa elocuencia,
de su despedida a la Patria adorada,
su inmortal Elegia Patética,
que entrará palpitante de vida
en la propia Historia cual obra Maestra.
El adiós que le exalta a la cumbre más alta,
a la cuádriga de oro, do incrústase egregia,
la divisa triunfal hecha tríptico
de: LA PATRIA, RIZAL Y BANDERA.
Ya cruza el camino que, de Santiago
hasta Bagumbayan le dista una legua.
Lo cruza sereno, arrogante, austero,
con el propio paso y el alma despierta,
y una mezcla extraña de melancolía
que su faz altera,
al dejar el suelo de su Filipinas,
no, dejarlo en alma; mas sí, en la materia,
que, vibrante nota será para el oído…
a generaciones sobrevenideras.
Por fin llega al cuadro que en el Bagumbayan,
ocho filipinos en armas esperan.
Rizal cruza firme, sin perder la calma,
gentil, sin reproches, sin la menor queja.
Mas, ruega a aquel grupo que se halla en funciones,
el ser fusilado miraando la Enseña,
porque por la espalda mueren los traidores;
y a la hispana causa jamás él lo fuera;
ni lo hubiera sido,
porque siempre un hijo a la Madre venera.
Mas…¡le es negado!
Y una vez repuesto de esta nueva afrenta,
volviendo sus ojos del martirio ungidos,
a los que presencian la trágica escena,
les dice: “Muero perdonando, sin resentimientos,
a los que sin causa asi me condenan.
Por la patria acepto gustoso tal paso,
pues sé que algún día será mi Odisea…”
……….
Nilda Guerrero Barranco, la hija menor de Fernando María Guerrero y hermana de Evangelina Guerrero Zacarías, publicó sus producciones literarias en varios y revistas en Manila. En 1964, obtuvo el Premio Zóbel por su colección de cuentos y prosas sentimentales bajo el título de Nostalgias. Fue elegida miembro de número de la Academia Filipina en 1980. La siguiente poesía viene de su colección de poemas, Capullos (1982):
DIA OTOÑAL
Se tornan flavas las hojas. Caen silenciosas
Y alfombran con su color rojizo los caminos.
Una a una van cayendo…Giran tumultuosas;
Aletean en el aire, dos, tres, cuatro, cinco…
Y quedan sin veste los árboles, y sus troncos,
Cual gigantes airados con mil brazos enjutos,
Muerta su belleza bajo el azote de otoño,
Avivan y exacerban los pesares ocultos.
Cielo brumoso fimbriado de hoscos nubarrones
Como una vieja arrebujada en negros mantones;
El crepúsculo triste, la brisa fría y seca,
Y el alma doliente de saudade languidece
Entre un montón de hojas secas que el aire esstremece
Y esparce como quimeras que el viento se lleva…
En los años sesenta, surgió una nueva generación de poetas filipinos en castellano, influidos por los ismos que caracterizaron a los poetas vanguardistas después de la Primera Guerra Mundial. Estos poetas conocen a Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Gerardo Diego, Octavio Paz, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, etc.
Además del castellano, estos poetas escribieron y siguen escribiendo en otros idiomas, inglés en particular, algunos en francés, y otros en los idiomas filipinos como el tagalo, cebuano, ilonggo, e ilocano. Escriben en varios estilos y temas; del verso libre y prosaico, a las métricas tradicionales ; de temas surrealistas, dadaístas y de protesta, a temas realistas, religiosos, y pacíficos. Escriben en el estilo vanguardista, pero vuelven a los clásicos en forma y contenido, tomando los temas y los estilos literarios de los clásicos castellanos: Quevedo, Valle Inclán, Góngora, Santa Teresa de Jesús, Jorge Manrique, Garcilaso de la Vega, etc.
Los que más se definen en este grupo de vanguardistas filipinos son Federico Espino Licsí, Guillermo Gómez Rivera, Angel Estrada, Edmundo Farolán, G. Burce Bunao, y Gilbert Luis Centina III.
En la poesía de Federico Espino Licsí, Romance de la cita desdichada, vemos un ejemplo del romance tradicional donde el poeta utiliza los temas de honor y venganza en el contenido poético, pero utlizando un escenario filipino donde estos temas llevan relevancia. Es un romance, diríamos, más contemporáneo, más gráfico, mucho más corto, donde el poeta usa las imágenes poéticas de la flor para referir al instrumento sexual– cortado de su cuerpo, una rosa que pierde su vida, una rosa que «sangra en el suelo,/sin pétalos, sin espinas.»
Espino Licsi, concentra sus poemas en el romanticismo tradicional, y producía sus poesías con la disciplina del verso tradicional. Escribe en inglés, español, y tagalo, y fue premiado varias veces con el prestigioso Premio Palanca de Literatura en Filipinas.
He aquí el romance:
ROMANCE DE LA CITA DESDICHADA
Sigue el viaje de la Luna.
Sigue la secreta cita.
Mozuelo alto, moza baja
y un verde rumor de brisa.
Arde el mozuelo fornido
hundido en la íntima sima,
el pez de su amor cambiándose
en una rosa encendida,
y la Luna pudorosa
quiere esfumarse de prisa.
En el silencio sangriento,
¡Qué meloso es el descanso
cuando la flor se marchita!
De repente, tres mozuelos,
hermanos de la mocita,
con fríos cuchillos entran
en el lugar de la cita.
Es ágil la venganza
en la selva filipina
y mientras la Luna asoma
tras las nubes blanquecinas,
la rosa sangra en el suelo,
sin pétalos, sin espinas.
Gullermo Gómez Rivera, por otro lado, fue y sigue siendo el quijote del grupo, el batallador para la sobrevivencia del español en Filipinas. Escribe en inglés, español e ilonggo, y fue coronado Príncipe de los poetas ilonggos. Escribió tres libros de gramática, varios ensayos en defensa del español en Filipinas, una obra de teatro El Caserón, y un libro inédito de poesías. Fue otorgado el Premio Zóbel de 1975 y en 1984, ingresó como miembro de número en la Academia Filipina. Hoy día es el director del semanario, Nueva Era, uno de los dos semanarios en español publicado en Manila, el otro siendo Nuevo Horizonte.
Su poesía que más se destaca es Fulgor de Jades, dedicada a Primi, una estrella de baile, una creación a la Pigmalión de Gómez Rivera, también un danzante de flamenco y fundador del grupo de baile español de la Casa de España de Manila.
FULGOR DE JADES
Una sonrisa. Siempre una sonrisa
amanece lenta en tu faz morena;
luz recién resurrecta que te riza
los sueños de mujer: santa o sirena.
Aunque no tengas la blanca forma
de sueños helénicos, siempre llevas
prendido en los fulgores de tu norma,
el encanto bíblico de las Evas.
Ven. El duende te invita a sus salas.
Se abre la puerta de la danza poética,
flor que estalla al mundo, plena de galas
en la rútila noche de la estética.
La mantilla. La cintura de avispa.
Los palillos. El frufrú de tu enaguas.
El destello de tus jades. Son chispas
de luz que alumbran tus secretas aguas.
Ven. No tardes más. Que el duende te espera
para colmarte el rostro de alegrías.
Entra y recorre la mágica esfera
del arte: de la danza que es poesía.
Edmundo Farolan Romero publicó su primer libro de poemas, Lluvias Filipinas, en Madrid en 1967. Este libro ganó el Premio de Poesía Colegio Mayor de Guadalupe. Publicó en Manila, cuando volvió en 1975 , otro libro de poesías, pero en inglés , The Rhythm of Despair. En 1981, su segunda colección de poesías en español, Tercera Primavera, fue publicada en Bogotá, y fue ganador del prestigioso Premio Zóbel en el mismo año. Ingresó como miembro de número de la Academia Filipina en 1983. En 1994, publicó en Toronto otro libro de poemas en inglés y francés, Oh, Canada!, una colección de poesías escritas en Canadá. Publica en tonosdigital.com sus 2000 versos y Nuevas Poesías. Es director de Revista Filipina, una revista de internet dedicada a la literatura y lingüística hispanofilipina.
Le influyeron mucho, en sus poesías juveniles, Federico García Lorca, Rubén Darío, Octavio Paz, y Pablo Neruda. Estos días, está metido en lecturas de los místicos: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, la Biblia y el Korán.
He aquí una poesía nueva que acaba de escribir:
POEMA 2003
ante todo
en el consciente
de cada milagro
hay que descifrar
descifrar
discernir
discernir l
a lluvia
la nieve
el sol de cada día
el conflicto
la tristeza
la angustiosa soledad…
invierno
invierno
me levanto
con la triste mañana
de los