
Amor Patrio En Neruda
Amor Patriótico en Neruda.
Normalmente cuando las personas mencionan la palabra Romanticismo, siempre asocian corazones, cupidos flechadores, rosas, chocolates, etc. Es imprescindible que usted sepa que El Romanticismo fue, un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo. Y que tuvo dos vertientes: La patriótica y la sentimental. En nuestro artículo anterior estudiamos la sentimental. Hoy nos toca la patriótica, en cuya característica principal destaca la exaltación a la patria, el orgullo patriótico. Revoluciones de Independencia, actos heroicos de próceres que derramaron su sangre por la patria, guerras civiles, las ideas y la cultura, viene a enamorar el terruño donde hemos nacido.
Pablo Neruda, quien siempre valoró la historia por ser la conciencia del pueblo, dijo: “no soy extraño a el, vengo de él, formo parte del pueblo, pertenezco a una familia de trabajadores” en el poema canto América dice: “Antes de la peluca y la casaca fueron los ríos, ríos arteriales; fueron las cordilleras, en cuya onda raída el cóndor o la nieve parecían inmóviles; fue la humedad y la espesura, el trueno sin nombre todavía, las pampas planetarias.”
A los infames traidores de la patria les dice en su canto general: “Ellos se declararon patriotas. En los clubs se condecoraron y fueron escribiendo la historia. Los Parlamentos se llenaron de pompa, se repartieron después la tierra, la ley, las mejores calles, el aire, la Universidad, los zapatos. Su extraordinaria iniciativa fue el Estado erigido en esa forma, la rígida impostura. Lo debatieron, como siempre, con solemnidad y banquetes, primero en círculos agrícolas, con militares y abogados. Y al fin llevaron al Congreso la Ley suprema, la famosa, la respetada, la intocable Ley del Embudo. Fue aprobada. Para el rico la buena mesa. La basura para los pobres. El dinero para los ricos. Para los pobres el trabajo. Para los ricos la casa grande. El tugurio para los pobres. El fuero para el gran ladrón. La cárcel al que roba un pan. París, París para los señoritos. El pobre a la mina, al desierto. El señor Rodríguez de la Crota habló en el Senado con voz meliflua y elegante. “Esta ley, al fin, establece la jerarquía obligatoria y sobre todo los principios de la cristiandad. Era tan necesaria como el agua. Sólo los comunistas, venidos del infierno, como se sabe, pueden discutir este código del Embudo, sabio y severo. Pero esta oposición asiática, venida del sub-hombre, es sencillo refrenarla: a la cárcel todos, al campo de concentración, así quedaremos sólo los caballeros distinguidos y los amables yanaconas del Partido Radical”. Estallaron los aplausos de los bancos aristocráticos: qué elocuencia, qué espiritual, qué filósofo, qué lumbrera! Y corrió cada uno a llenarse los bolsillos en su negocio, uno acaparando la leche otro estafando en el alambre, otro robando en el azúcar y todos llamándose a voces patriotas, con el monopolio del patriotismo, consultado también en la Ley del Embudo.”
En estos versos, Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto (Neruda) indaga en el dolor que causa la injusticia política y social, más que una diatriba a los gobiernos es un corte de bisturí doble, en la misma herida. Cuando las estructuras sociales están podridas, las bases tumbadas en el suelo, y la farsa e hipocresía son evidentes, tiempo y espacio mismos se vuelven algo inquietante, el ser hecho dolor: “Dime, del tiempo, resonando
en tu esfera parcial y dulce, no oyes acaso el sordo gemido? “El Canto general debe apreciarse en su vasta integridad -más de quinientas páginas de letra pequeña, en la primera edición-: sería un malentendido antologizar sus «bellezas» dejando los trozos de baja tensión poética, los insultos triviales a personajes ya olvidados, así como ciertos repasos a la historia, a veces superficiales, y a veces incluso opuestos a cualquier óptica de izquierda: todo eso forma parte del sentido de la unidad de la obra.
Tegucigalpa Honduras. 1964. Lic. En Literatura Universidad Pedagógica NacionalFrancisco Morazán. Representante Internacional de la Casa del Poeta peruano en Honduras. Articulista libre para El Heraldo Y FIDES de Honduras. DIPLOMADO EN POESIA: Taller Virtual de Creación Literaria Con especialidad en Poesía. Barcelona España. Coordinado por: escritores.org / convocatorias mayo 2003.